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Un estudio del Instituto de Medicina Regional (UNNE) y la Administración Provincial del Agua de Chaco analizó muestras de agua potable de depósitos domiciliarios en esa provincia y encontró una alta proporción de muestras “consideradas no aceptables” para el Código Alimentario. “No es un problema del agua potable sino de falta de limpieza de los reservorios”, indicaron.

En el marco de investigaciones de búsqueda de bacterias de relevancia sanitaria en depósitos domiciliarios de agua, desde el Instituto de Medicina Regional de la Universdidad Nacional del Nordeste se encontraban de manera frecuente con muestras de agua que exhibían elevada presencia de ciertos microorganismos que podrían afectar la calidad del agua potable.

Ello en gran parte podría estar siendo generado por la falta de limpieza de los depósitos, que era común observar en las visitas a los domicilios.

Así surgió una iniciativa conjunta entre el Área de Bacteriología del Instituto de Medicina Regional (IMR-UNNE) y el Área de Microbiología del Laboratorio de Aguas de la Administración Provincial del Agua de la Provincia de Chaco (APA), para evaluar la calidad microbiológica de reservorios domiciliarios en esa provincia.

Con ese fin, se realizó un estudio de muestras procedentes de depósitos domiciliarios de agua potable, como cisternas y tanques elevados.

Las muestras de agua fueron tomadas en recipientes estériles y se trasladaron refrigeradas al laboratorio, para luego realizarse el análisis microbiológico acorde a los parámetros establecidos por el Código Alimentario Argentino.

“Los resultados obtenidos demuestran una alta proporción de reservorios domiciliarios donde el agua no cumple con los criterios de aceptabilidad microbiologica para consumo humano”, se indica en las conclusiones del estudio que fueron presentadas en la última edición del Congreso Anual de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI 2022).

Se agrega que los resultados ponen en evidencia la necesidad de formular estrategias de difusión preventivas para promover la limpieza y desinfección periódica de los reservorios domiciliarios de agua potable.

El estudio contó con la participación del Dr. Luis Merino, director del Área de Bacteriología del Instituto de Medicina Regional, la Dra. Liliana Silvina Lösch del IMR-UNNE y del Laboratorio de Aguas (APA), el Lic. Alejandro Ariel Sandi (Laboratorio de Aguas – APA), el Analista Salvador Rolando Leyes (Laboratorio de Aguas – APA) y el Técnico Diego Guillermo López (Laboratorio de Aguas – APA).

 Resultados         

Según se detalla en el estudio, durante el período comprendido entre los años 2019-2022 se analizaron 298 muestras de las cuales 273 (91,6%) procedían de tanques elevados y 25 (8,4%) de cisternas.

Sobre el total de muestras analizadas 208 (69,8%) fueron clasificadas como microbiológicamente aceptables para consumo acorde a la normativa nacional, en tanto que 90 muestras (30,2%) se clasificaron como no aceptables.

Dentro de este último grupo de “no aceptables” se determinó que 41 muestras (45,5%) no cumplían el criterio de aceptabilidad de coliformes totales, 78 (86,6%) el criterio de bacterias mesófilas, en 6 muestras (6,66%) se determinó la presencia de Escherichia coli y en 39 (43,5%) la de Pseudomonas aeruginosa.

La presencia de bacterias mesófilas, coliformes totales y P. aeruginosa pueden considerarse como un indicador de la falta de limpieza de los tanques, mientras que coliformes totales y E. coli podrían tener relación con contaminación fecal del agua, que en el caso de tanques y cisternas sería por el contacto con materia fecal de animales.

Necesidad de limpieza

“No es un problema de la calidad del agua potable que llega a los domicilios, sino de cómo las condiciones de los depósitos pueden afectar el agua que se distribuye dentro de las casas o en los departamentos de edificios”, remarcó el Dr. Luis Merino en diálogo con UNNE Medios.

Recordó que la calidad del agua potable en entornos domésticos requiere una evaluación periódica a fin de evitar la exposición de niños y adultos susceptibles a una variedad de enfermedades de origen hídrico.

En ese sentido, resaltó que la limpieza de los reservorios es clave para evitar que el agua potable que ingresa pueda perder esa condición y pasar a ser “microbiológicamente no aceptable”, según los estándares de calidad de agua destinada al consumo humano del Código Alimentario Argentino (CAA).

El Dr. Merino indicó que en las recorridas realizadas para la toma de las muestras se encontraron con una importante proporción de tanques sin tapas, mal cerrados o con fisuras, que representan mayor riesgo de contaminación.

No obstante, por más que los depósitos se encuentren en perfecto estado y debidamente cerrados, igualmente se debe cumplir con las recomendaciones de limpieza frecuente.

Comentó que la limpieza de tanques está regulada para edificios con consorcios, por lo que en ese tipo de edificaciones es más frecuente el saneamiento de los depósitos. Pero para casas o conjuntos habitacionales menores no existen regulaciones, y de allí que sea menos habitual este tipo de prácticas.

“Por ello la necesidad de fortalecer el mensaje a la sociedad en general respecto a la importancia de cuidar la limpieza y el estado de los reservorios”, concluyó el Dr. Merino, quien además es director del Instituto de Medicina Regional.

Recomendaciones

Para el adecuado almacenamiento de agua potable, el tanque, tanto de viviendas particulares, edificios, como de instituciones, se debe limpiar con una frecuencia no menor a una vez al año, de lo posible cada seis meses.

En todos los casos, una vez finalizada la operación de limpieza, se debe realizar un muestreo de agua del grifo dentro del sistema de distribución para analizarlo en laboratorio.

Resulta indispensable que el tanque de almacenamiento se encuentre correctamente cerrado para evitar el ingreso de contaminantes en el agua de consumo.

 

 

 

 

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